martes, 8 de abril de 2014

BACALAO EN ESCABECHE


Después de tantas recetas dulces, he pensado que ya iba siendo hora de poner alguna recetilla salada, y qué mejor receta que una de bacalao ahora que la Semana Santa está a la vuelta de la esquina y que precisamente éste es uno de los pescados más demandados en estas fechas. 
Hoy os sugiero un escabeche de bacalao que igual nos sirve para una comida, para una cena, o para un delicioso aperitivo acompañado de un Barbadillo fresquito, que por cierto yo no sé si maridan bien o no pero... ¡a mí me gusta! ¡Gracias Maruxy!

INGREDIENTES:
- 500 g de bacalao (yo he puesto más a desalar para hacer otras recetas)
- 250 ml de aceite de oliva
- 150 ml de vinagre de vino
- 250 ml de vino blanco
- 1 cebolleta
- 1 zanahoria
- 2 dientes de ajo
- Pimienta en grano
- 2 hojas de laurel.


 ASÍ SE HACE:
  1. En primer lugar desalamos el bacalao (ahí cada maestrillo tiene su librillo), yo he cubierto con abundante agua los trozos de bacalao una vez lavados y he metido en la nevera el recipiente, ahí lo he mantenido durante 36 horas, cambiándole el agua cuatro veces (cada 8 horas más o menos). Escurrimos y ya está listo para su uso: buñuelos, potaje de garbanzos, rebozado y frito o para la receta que nos ocupa hoy.


  1. Ponemos el aceite a calentar en una cazuela de barro (o no), añadimos el ajo y la cebolla cortados en juliana y pochamos a fuego lento durante 5 minutos.
  2. Añadimos la zanahoria cortada en rodajas, salamos un poco y dejamos pochar hasta que la zanahoria y la cebolla estén al dente.
  3. En otra cazuela, colocamos los trozos de bacalao, añadimos el vino junto al vinagre, el sofrito de la otra cazuela, las hojas de laurel y los granos de pimienta.
  4. Ponemos al fuego y cuando comience a hervir, retiramos los trozos de bacalao y los reservamos.
  5. Dejamos la cazuela al fuego para que reduzca la salsa.
  6. Una vez que haya reducido incorporamos los trozos de bacalao (tienen que quedar cubiertos de la salsa) y dejamos enfríar.
  7. Dejar reposar durante 48 horas en la nevera. 








Después de dos días de reposo... 
¡A comer!

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