Estas galletitas son tan fáciles de hacer que seguro que vas a repetir la receta en más de una ocasión, son deliciosas para acompañar el café de la mañana, el té de la tarde o para la "sana" costumbre de picar entre horas, jejeje!, es por eso que las hago pequeñitas, así la sensación de pecado es menor... Bueno, rumbo a la receta!.
INGREDIENTES:
- 315 gr de mantequilla de cacahuete
- 125 gr de mantequilla sin sal (derretida)
- 220 gr de azúcar (mitad moreno y mitad blanca)
- 220 gr de harina
- 1 huevo
- 1/2 cucharadita de levadura Royal
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharada de aroma de vainilla.
ASÍ DE FÁCIL:
En un bol tamizamos la harina junto a la levadura, el bicarbonato y la sal.
En otro batimos con ayuda de las varillas eléctricas la mantequilla de cacahuete, el azúcar y la mantequilla derretida, añadimos el huevo, la esencia y lo mezclamos bien.
Agregamos los ingredientes que hemos tamizado antes y seguimos mezclando bien (yo utilizo las varillas mezcladoras mejor).
Hacemos una bola con la masa y la metemos en una bolsa de congelación o bien la envolvemos en papel film, en ambos casos quitamos el aire para que quede hermético el envoltorio y metemos en la nevera durante 4 horas.
Precalentamos el horno a 180ºC y en posición arriba y abajo.
Cubrimos la bandeja con papel de horno y vamos haciendo bolitas con la masa de un tamaño aproximado a una avellana (con la cáscara), una vez depositadas sobre la bandeja y dejando bastante separación entre ellas (porque luego se extienden), con ayuda de un tenedor presionamos cada bolita en dos direcciones de forma que dibujemos un enrejado como en la foto.
Una vez fuera, dejamos que reposen en la bandeja durante 5 minutos antes de pasarlas a una rejilla para que acaben de enfriarse del todo.
Y... como la paciencia no es una de mis virtudes, antes de que se acaben de enfriar me he preparado un té de canela y con el pretexto de que se me iba a enfriar... he cogido una aún calentita de la rejilla y me la he "zampado" así sin más y claro el té estaba aún hirviendo... al final se han enfriado antes las galletas que el té, lo cual me ha llevado a picotear alguna más, jejeje!.
Prueba a hacerlas y ya me cuentas si has resistido la tentación de comerte una aún calentita...¡con el aroma tan rico que desprenden!.