Los mooncakes son un tipo de pastel asiático tradicionalmente rellenos de anko (pasta dulce de judías azuki), pasta de semillas de loto y yema de huevo de pato en salazón) y decorados con motivos en relieve.
Estos pasteles se hacen para celebrar la Fiesta de la Luna o del Medio Otoño (15º día del 8º mes del calendario lunar chino), es la 8ª luna llena del año (septiembre-octubre) y el día es variable ya que está calculado en función del calendario lunar, ese día la luna llena es la más brillante y plena de todo el año y este año tendrá lugar el 27 de septiembre.
En esta fiesta que es la segunda en importancia después de la de Año Nuevo, se reúnen todos los miembros de la familia y es típico regalar estos pasteles de luna, cuya historia y por no extenderme más de la cuenta os invito a consultar en San Google o en cualquier otro buscador de Internet.
Lo que sí os voy a contar con vuestro permiso es la historia de mis "mooncakes" y es que la vida está llena de casualidades o... causalidades. Ya sabéis la atracción que siento por la luna y que contagié a mi hija desde bien pequeñita, porque cada vez que estábamos distanciadas por algún tiempo (vacaciones), teníamos un pacto y era que todas las noches mirara a la luna a una hora determinada (no me acuerdo porque han pasado más de veinte años, jeje) que yo, a esa misma hora también la estaría mirando y que así nos sentiríamos más cerca la una de la otra, bueno voy a otra historia.
Estos pastelitos ya me enamoraron solo con su nombre la primera vez que los vi pero nunca se me había ocurrido el llegar a hacerlos, hasta que un día de marzo y en un mercado de antigüedades al pasar por uno de los puestos me llamó la atención un "artilugio" de madera tallado a mano que me recordó el molde de mis ansiados mooncakes, le pregunté al vendedor que para qué se utilizaba el susodicho "artilugio" y me dijo que no tenia ni idea, que era parte de una herencia y que no sabía ni lo que era, total que al final lo compré y sin saber con certeza si ese era el aparatejo en cuestión, aunque a mi me sonaba bastante. Desde aquí y en el caso improbable de que lo llegue a leer le doy las gracias a ese vendedor anónimo ya que al final pude elaborar unos mooncakes de lo más tradicionales.
Aunque hasta septiembre no debería ver la luz esta receta, no he resistido la tentación de compartirla con vosotros por más tiempo (guardada en mi carpeta de pendientes desde que el melocotonero estaba en flor, por las fotos) y ahora rumbo a la receta que ya está bien de historias!
Ingredientes: (para la masa, salen 15 mooncakes: 8 rellenos de azuki y 7 de pasta de semillas de loto).
- 200 g de harina de trigo
- 50 g de aceite de girasol
- 1 huevo para pincelar.
Relleno:
- Anko (envasado)
ELABORACIÓN: (masa)
1. Mezclar el Golden syrup con el aceite.
2. Agregar la harina poco a poco y mezclar bien.
3. Amasar hasta formar una bola y dejar reposar (tapado con film) durante 1 hora.
4. Dividir la masa en porciones iguales y formar bolas.
5. Dividir la pasta de los rellenos también en porciones iguales pero de tamaño un poco más pequeño que las de la masa.
6. Aplanar la bola de masa formando una tortita, poner en el centro una bola de relleno y envolverla suavemente con la masa hasta que esté completamente cubierta.
7. Enharinar la bola y también el molde.
8. Introducir la bola en el molde sin presionar demasiado y dar golpecitos suaves por los laterales y por la parte recta (abajo) del molde con el fin de que la masa se vaya despegando de éste.
9. Volcamos sobre la palma de la mano o sobre la encimera y ya está formado el mooncake (qué ilusión cuando vi que funcionaba y que salía perfecto!!).
Precalentar el horno a 180ºC.
Introducir los mooncakes sobre la bandeja cubierta con papel de horno o lámina de hornear (en mi caso) y hornear durante 10 minutos.
Sacar del horno (no apagarlo) y esperar 20 minutos, pincelar con la yema de huevo (especialmente las líneas del relieve) y volver a introducirlos en el horno durante 12-15 minutos.
Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla antes de guardarlos.
Mejor reservarlos hasta el día siguiente porque ganan bastante en textura (más tierna).
Un bocado dulce y exótico y que seguro repetiré para celebrar la Fiesta de la Luna.