¡Por fin me he decidido! llevaba años con esta receta bien guardada y pendiente de hacer en el momento que encontrara unas castañas fáciles de pelar y que no se me rompieran más de la mitad, y como no lo he conseguido... Al final he optado por hacerla con castañas congeladas y para sorpresa mía (porque no las tenía todas conmigo), creo que han superado el notable.
El origen de los marrons glacés viene de muy antiguo, cuando se utilizaban como conservantes de algunos alimentos el azúcar o la miel, estas delicatessen son habituales de la gastronomía francesa e italiana.
Y cómo casi todo lo bueno, tiene un pero... Y es el tiempo que dura la elaboración de esta delicia franco-italiana, que son 6 días, pero no te asustes porque en realidad la dedicación al día será de poco más de cinco minutos, a mi personalmente me han gustado mucho y además me han servido para elaborar con las inevitables "deterioradas" una crema de marron glacé de sabor espectacular y que ya publicaré en breve el uso y el resultado de la misma.
Existen muchas y diferentes recetas de este manjar para paladares exigentes, pero como dice el dicho "Cada maestrillo tiene su librillo".
Pongo rumbo a la cocina que estoy volviéndo loco el compás con tanta letra!
INGREDIENTES:
- 1 kg de azúcar moreno de caña
- 400 gr de castañas peladas y congeladas
- 1 l de agua embotellada
- 1 cucharada de esencia de vainilla.
ELABORACIÓN:
Colocamos las castañas en una cesta especial para cocinar al vapor, las pasamos bajo el grifo y escurrimos.
Ponemos una olla al fuego con el agua, el azúcar y la esencia de vainilla, lo movemos bien hasta que esté disuelto el azúcar y hervimos durante 5 minutos.
Introducimos la cesta con las castañas y hervimos durante 1 minuto.
Retiramos la olla del fuego y dejamos en reposo hasta el día siguiente.
Segundo día:
Sacamos la cesta con las castañas, ponemos la olla al fuego y hervimos el líquido durante cinco minutos, volvemos a introducir la cesta con las castañas y hervimos durante 3 minutos, retiramos del fuego y volvemos a dejarlo reposar hasta el día siguiente.
Tercer día: Repetimos la operación del segundo día y así sucesivamente durante 6 días, observaremos que se va reduciendo el líquido hasta hacerse un sirope.
El último día del proceso, sacamos con cuidado las castañas de la cesta y las ponemos sobre una rejilla , reducimos el sirope un poco (lo hervimos durante 5 minutos) y "bautizamos" las castañas, las dejamos que escurran bien y acaben de secarse.
Yo confieso que más de una no ha terminado el proceso de glaseado completo, están riquísimas!
Para rizar el rizo podemos mezclar un poco del sirope con azúcar glas, pincelarlas y volverlas a dejar para que se sequen.
Yo las he dejado tal cual, por no añadir más calorías, jejejeje!
Aunque no va ha hacer falta porque seguro que se te acaban antes, no hay que dejarlas mucho tiempo porque se endurecen un poco (por la cantidad de azúcar que llevan), se conservarán mejor si las envuelves por separado.
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