Queridos navegantes:
Un pequeño anticipo de uno de los ingredientes que utilizaré mañana para preparar el aperitivo del finde y que también nos puede venir genial para las comidas y cenas navideñas.
A mi personalmente me encanta preparar "pequeños bocados" para servir en vasitos y en cucharas de degustación y es que aunque sean bastantes entretenidos, muchas de las preparaciones las puedes tener elaboradas desde el día anterior o incluso con dos días de antelación.
Pero lo que más me gusta de estas presentaciones es la variedad de sabores, colores y texturas que podemos combinar en un sólo bocado, ya sabéis lo que me gustan las mezcolanzas!
Hoy sólo vamos a necesitar dos ingredientes: aceitunas negras sin hueso y muchísima paciencia!!!
¡Así de sencillo y de lento!
Precalentar el horno a 110ºC.
Escurrir las aceitunas de todo el líquido y secarlas con papel de cocina.
Colocarlas sobre una bandeja de horno cubierta con una lámina de silicona o con papel de horno.
Hornear durante 3 horas (dar la vuelta un par de veces para que se deshidraten por igual).
Si pasado este tiempo aún están algo blandas seguir horneando (vigilando que no se vayan a quemar).
Tienen que quedar duritas al tacto ya que luego las trituraremos y si están algo húmedas la textura no será la correcta.
Dejar enfriar dentro del horno y triturar sin pasarnos pues se puede hacer una pasta :)
Una vez trituradas las he colocado sobre un papel de cocina y las he vuelto a poner en el horno a 150ºC durante 10 minutos para lograr la textura que quería.
Guardar en un tarro de cristal hermético y conservar en el frigo (dura varios meses).
Su sabor concentrado a aceituna negra y su textura es especial para sazonar ensaladas, pescados, patés, etc.
Un aliño bastante interesante que ya he adoptado en mi cocina.
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