La "crema quemada" o más conocida por su nombre en francés "crème brûlée" es un postre cremoso y que normalmente se hace a base de leche, huevos y azúcar, básicamente es una crema pastelera a la que se añade azúcar en la superficie y se quema con una plancha o soplete para obtener una fina capa de caramelo.
Como dije en la entrada de ayer, con las marrons glacés que se habían roto durante el proceso de glaseado, hice una deliciosa crema de marrons glacés, tan fácil como pasarlas por la batidora con la cantidad de sirope justo para hacer una crema espesa y cuya finalidad ha sido enriquecer este rico postre.
INGREDIENTES: (Para tres moldes pequeños)
- 350 ml de preparado para cocinar de soja o bien de nata
- 1 cucharada sopera de azúcar
- Azúcar moreno
- 3 yemas de huevo
- 75 gr de crema de marrons glacés (se puede comprar en conserva)
- 6 marrons glacés (3 para adorno y 3 para ponerlos en la base de los moldes).
ASÍ SE HACE:
Precalentamos el horno a 110 ºC
Ponemos los marrons cortados en trocitos en la base de los moldes.
Batimos muy bien las yemas junto a la cucharada de azúcar y reservamos.
Calentamos a fuego moderado el preparado de soja (o la nata) junto a la crema de marrons, movemos bien y añadimos las yemas batidas, mezclamos y cocemos durante tres minutos más o menos sin parar de mover.
Vertemos en los moldes que hemos preparado y colocamos estos en una bandeja con agua (tiene que cubrirlos un poco menos de la mitad).
Horneamos al baño María durante 1 hora aproximadamente.
Una vez fuera del horno, los dejamos enfriar y adornamos con un marron glacé, cubrimos con film y metemos en el frigo durante un par de horas.
Antes de servirlos espolvoreamos con azúcar moreno y quemamos con ayuda del soplete.
¡Un postre doblemente rico y... doblemente francés!
Bon appétit!