Todos sabemos las excelentes y numerosas propiedades que posee esta rica hortaliza y sobre todo su poder antioxidante gracias a la elevada proporción de betacarotenos (precursores de la vitamina A) que posee y que nos ayudarán a evitar el envejecimiento celular, además de activar la melanina protegiéndonos así de los rayos nocivos del Sol y dicho esto, cambiamos de rumbo y nos dirigimos a la receta!
- 6 zanahorias grandes
- 1 patata
- 1 puerro
- 1 cebolleta grande
- 1 trozo de jengibre (al gusto)
- 200 ml de leche de coco (1/2 lata)
- 3 cucharadas de aceite
- Pimienta, sal y cebollino para la "deco" (opcional).
ASÍ SE HACE:
Rallamos el jengibre (pelado) y lo reservamos. (yo siempre tengo en el congelador)
Lavamos muy bien las hojas del puerro por dentro (que suelen traer tierra) y la cebolleta y los cortamos en juliana.
Pelamos las patatas y las zanahorias y las cortamos en trocitos y en rodajas respectivamente.
En una olla, ponemos a calentar un poco de aceite (dos o tres cucharadas) y rehogamos a fuego lento el puerro y la cebolleta, agregamos la zanahoria y las patatas y mezclamos, salpimentamos y añadimos el jengibre, cubrimos de agua y dejamos cocer hasta que la zanahoria esté casi blanda.
Añadimos la leche de coco (reservamos unas cucharadas para decorar) y dejamos en el fuego 5 minutos más.
Retiramos del fuego, trituramos y rectificamos de sal, si fuese necesario.
Tenemos dos opciones: Tomar la crema calentita o bien dejarla templar y guardarla en la nevera hasta la hora de servirla, de las dos formas está buenísima.
Eso sí, la "deco" que no falte, unas ramitas de cebollino picado y un toque de leche de coco le aportarán a esta crema el glamour que se merece!
Mi secretillo... Yo siempre hago el doble de ingredientes y el primer día la utilizo en caliente como primer plato y al día siguiente la sirvo fresquita y en realidad no sabría decir cual me gusta más!
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