Queridos navegantes:
A estas alturas ya todos conocéis mis gustos (gastronómicamente hablando), y es que soy bastante repetitiva con el tema, aunque en esta ocasión he preparado la receta totalmente al gusto de otra persona que ha heredado de su mamá la pasión por los sabores especiados y la gastronomía exótica (entre otras cosas 😊😇😂).
Aún me sigue impresionando cuando corto la primera porción de la tarta y veo las tres texturas tan distintas que se combinan divinamente en esta frágil y resistente (a la vez) Pavlova.
Espero que os guste, a mi hija le ha encantado!
Ingredientes para la base de merengue:
- 4 claras de huevo "L" (160 g aproximadamente)
- 100 g de azúcar glas
- 200 g de azúcar blanquilla
- 1 cucharada de Maizena (tamizada)
- 1 cucharada de vinagre de vino blanco
- 1 cucharadita de pumpkin spice (abajo la receta) o de canela molida.
En esta ocasión, he horneado la Pavlova por la mañana y la he dejado enfriar dentro del horno con la puerta casi cerrada (colocando un paño doblado entre la puerta) y la he rellenado a las 6 horas aproximadamente.
Ingredientes relleno: (se pueden rectificar a nuestro gusto)
- 200 ml de nata vegetal (o no) para montar
- 3 cucharadas de puré de calabaza
- 2 cucharaditas de mezcla de especias para pastel de calabaza
- Colorante naranja (opcional y muy poco).
Batir la nata junto a las especias y el colorante (opcional), cuando casi esté montada incorporar el puré de calabaza y seguir batiendo hasta que esté montada.
Ponerla en una manga pastelera y conservar en el frigo hasta su uso.
Para la deco:
Huevitos de chocolate, pistachos picados y canela molida.
Se conserva en el frigo perfectamente crujiente por lo menos tres días, aunque es raro que dure tanto.
Muy pronto otra receta preparada especialmente (al igual que esta) para la persona que más quiero del mundo mundial 😍.
No hay comentarios:
Publicar un comentario