viernes, 3 de julio de 2015

TARTA PAVLOVA (TRES RELLENOS)

  
Al fin sale a la luz una receta que tengo en "pendientes por publicar" desde el mes de febrero y es que no acababa de cogerle el punto a la base de merengue de esta tarta tan conocida y cuyo nombre es tan exótico como el primer relleno que os mostraré y que he bautizado como Pavlova de piña colada.
La historia amor-odio que tengo con esta tarta me imagino que no os sonará demasiado extraña y es que a veces se nos atraviesa una receta que puede ser la más fácil del mundo mundial, pero que el resultado no sea el esperado, ya sea por la textura, por el sabor, apariencia, etc.
El caso es que he probado más de cuatro temperaturas distintas y tiempo de horneado, más de cuatro cantidades distintas (con los mismos ingredientes), con distintas mezclas de azúcar, con sólo glas, con sólo azúcar blanquilla, con distinto orden de incorporación de ingredientes... y al final no lo publicaba porque no acababa de convencerme el resultado. 
Por fin, he conseguido una base de Pavlova que además de tener la textura ideal para mí, he probado durante tres días a conservarla en el frigo y aún con el relleno no pierde nada de su crujiente envoltorio ni de su etéreo y esponjoso corazón ¡Viva la cabezonería si es para mejorar algo!
Encantada de poder compartir la "rece" con mis navegantes y espero que os guste tanto cómo a mi.
¡Rumbo a la cocina a toda máquina!
 
Ingredientes para la base de merengue:
- 4 claras de huevo (160 g aproximadamente)
- 100 g de azúcar glas
- 200 g de azúcar blanquilla
- 1 cucharada de Maizena
- 1/4 de cucharadita de crémor tártaro
- 1 cucharada de vinagre de vino blanco.
 
Elaboración: Precalentar el horno a 120ºC
1. Tamizar las dos clases de azúcar juntas.
2. Montar un poco las claras y agregar el crémor tártaro y el vinagre, seguir batiendo hasta que las claras estén bien montadas y formen picos firmes (punto de nieve). 
3. Agregar la cucharada de Maizena (tamizada)  y la mezcla de azúcar poco a poco y sin dejar de batir, hasta que el azúcar esté completamente integrado.
No batir en exceso, pues lograríamos el efecto contrario, para saber si está al punto, basta poner el recipiente boca abajo y ver que el merengue no cae (con cuidado please!).
   
 
4 y 5. Cubrir la bandeja del horno con papel vegetal y dibujar un círculo de 18-20 cm  (yo lo hago con rotulador de tinta comestible, si no es así,  hay que darle la vuelta al papel una vez dibujado).
Rellenar el círculo con el merengue y extender del centro hacia los bordes para que queden más altos formando una especie de cuenco.
Introducir el merengue restante en la manga y decorar todo alrededor a nuestro gusto (opcional).
6. Hornear a 120ºC, en la mitad de altura del horno y en posición arriba y  abajo  durante 1 hora y 20 minutos.
Apagar el horno una vez horneado, dejar la puerta entreabierta (muy poco) y conservar dentro el merengue (yo lo he tenido toda la noche).
La textura por fuera es dura y craquelada por algún punto y por dentro esponjosa como una nube, pero eso ya lo veréis cuando la corte, que ya estoy deseando!!
 
 
Ingredientes para la piña macerada:
- Piña natural
- Jengibre molido y Canela molida (al gusto)
- 25 ml de ron blanco (el mío)
- 150 g de azúcar.
 
 
Elaboración:
Precalentar el horno a 200ºC
Colocar la piña troceada (en trozos grandes) en una bandeja o plato para horno, rebozarla bien con el azúcar y las especias, regar con el ron y dejar macerando media hora.
Introducir la bandeja en el horno y hornear durante 30 minutos, de vez en cuando regar con su propio jugo.
Sacar y dejar que se enfríe, cortar en cubos y reservar.
 
 
 
 
1er Relleno:
- Piña macerada
- Cerezas y coco rallado.
 
 
7. Introducir la nata de coco en una manga pastelera con boquilla (si la quieres decorar) y reservarla en la nevera durante una hora para que adquiera una consistencia más firme).
8 y 9. Formar rosetones con la nata, cubriendo la parte central del merengue (que tendrá la forma de cuenco).
10. Rellenar con la piña macerada (sin el sirope... por el momento) y bautizar con el sirope justo antes de servirla, una vez en la mesa acompañarla con una jarrita de tan especiado y dulce néctar para que cada comensal vuelva a "rebautizar" su porción de tarta.
 
  
 
En el corte se aprecian perfectamente las dos texturas, la cremosa de la nata y la ligera y esponjosa del merengue que unidas al exterior del merengue dulce y crujiente han logrado que desde hoy pase a ser una de mis tartas preferidas y que más guerra me ha dado, jeje!!
 
2º Relleno:
- Fresas cortadas y maceradas en zumo de naranja con azúcar y arándanos, regar antes de servir con sirope de fresa.
 
 
 
 
¡La textura finalmente lograda!

3ª y última sugerencia de relleno:
- Fresas, arándanos y frambuesas, un poco de azúcar glas para espolvorear (opcional).



Una vez que he logrado la textura ideal (para mí) del merengue para la Pavlova, intuyo que me voy a dedicar a buscar y probar distintos rellenos por exóticos que puedan parecer. Ya sabéis que me apasiona tunear las recetas!


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